Movimientos de Liberación Nacional
 Siria y Líbano.
Estos dos pequeños estados del Mediterráneo Oriental, apenas liquidada la guerra en Europa demandaron de independencia. El 17 de mayo de 1945 exigieron la evacuación de las tropas extranjeras que ocupaban sus territorios, y ante la negativa de Francia, iniciaron un movimiento que culmino con una huelga general y la integración de ejércitos de patriotas que pronto chocaron con los ejércitos extranjeros, lo que origino que los franceses bombardearan la ciudad de Damasco.
Por la insistencia de la Unión Soviética, el conflicto fue llevado en febrero de 1946 ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y gracias a esas gestiones, el 17 de abril de ese año los franceses se retiraron de Siria, pero mantuvieron la ocupación de Líbano hasta el 3 de diciembre de 1946, fecha en la que evacuaron el país y a partir de entonces las dos naciones quedaron en calidad de Estados independientes.

Libia.
Este pequeño país fue objeto de serias amenazas por parte de las grandes potencias, pues apenas había cesado la segunda guerra cuando los ingleses y los franceses ocupaban sus territorios y Estados unidos instalaba en ellos una base militar. Estas tres potencias trataron de ponerse de acuerdo para imponer la partición del país, a la que el pueblo Libio respondió demandando la unidad y la independencia. El conflicto se llevo a la Asamblea General de las Naciones Unidas con una petición para que se evacuaran las tropas extranjeras y se desmantelaran las bases militares. La excitación popular se expreso con un vigoroso movimiento de liberación nacional que culmino con manifestaciones masivas en Tripolo, por lo que las Naciones Unidas se acordó conceder la independencia a ese país, lo que hizo realidad a partir del 1 de Enero de 1952 con la creación de un nuevo Estado independiente con el nombre de Reino Unido de Libia.

Marruecos. 

Se encontraba dividido en dos colonias, una perteneciente a España y la otra a Francia; por ello en este caso el movimiento nacionalista marroquí presento dos demandas concretas, una, la unión de Marruecos, y otra, la independencia. En esta lucha concurrieron el gobierno, los partidos nacionalistas burgueses y el partido comunista marroquí, por  lo que el sultán Mohamed V presento en 1950 la demanda oficial para que se concediera la independencia del país; este fue negada principalmente por los franceses, que trataron de mantener la posición deponiendo al sultán y sustituyéndolo por elementos pro-franceses; y como no se dieron fuertes movimientos de patriotas y frecuentes luchas de guerrillas en el Rif y en la zona del Atlas, fue necesario reinstalar al sultán Mohamed V y finalmente aceptar la independencia, que se firmo el 2 de marzo de 1956. En esa forma, después de vigorosos movimientos populares, la zona francesa de Marruecos quedaba libre de toda dominación, en tanto consiguió de España el reconocimiento de su independencia el 5 de abril de ese año. A partir de entonces Marruecos en un Estado unido e independiente, bajo el gobierno de una monarquía hereditaria.